Según María Jesús Mardomingo, presidenta de la Asociación
Española de Psiquiatría Infantil, en la segunda mitad del siglo XX aumentaron
en nuestro país las tasas de depresión y suicidio, y de forma paralela
disminuyó la edad en la que se presentan estas patologías.
Aunque las tasas de suicidio en España son bastante
inferiores a la media europea, alcanzando 5 suicidios por cada cien mil
habitantes frente 20 por cada cien mil, a fecha de 2006, el suicidio la segunda
causa de muerte en adolescentes, aumentando esta media entre los nacidos en la
década de los 70.
Sin embargo, tres años después, en 2009, el suicidio se
convirtió en la primera causa de muerte adolescente, superando incluso a los
accidentes de tráfico. Así, según Julio Bobes (presidente de la Sociedad Española
de Psiquiatría Biológica), nos acercamos cada vez más a la media europea con 11
suicidios por cada cien mil habitantes.
Estos datos son desalentadores. Pero, ¿a qué se debe este
incremento? Según Bobes, la limitada capacidad de los adolescentes para asumir
la frustración es el factor clave, sumado al incremento paulatino de los
cuadros ansioso-depresivos propiciados por las sociedades avanzadas.
En 2010 se quitaron la vida 239 españoles de entre 15 y 29
años. El doctor Celso Arango (jefe del servicio de Psiquiatría Infantil y
Adolescente del Hospital Gregorio Marañón), afirma que el suicidio es más común
en personas de un perfil socioeconómico alto, influyendo la cultura y la
educación. Suelen ser personas más vulnerables aquellas que son brillantes, llenas
de ambición, y con posibilidades de desarrollarla. Además, aunque las mujeres son quienes más
intentan suicidarse, los hombres triplican la tasa de suicidios.
El Teléfono de la Esperanza es una entidad de voluntariado
pionera en la promoción de la salud emocional y, especialmente, de las personas
en situación de crisis individual, familiar o psico-social. Según su
coordinador Alfonso Echávarri, “entre los jóvenes detectamos desesperanza que
da lugar a la desesperación por un vacío existencial”, además que “un 90 % puede tener una base psicopatológica,
pero un 10% no, y son muchísimas personas”.
Aunque el Ministerio de Sanidad está comenzando a
desarrollar programas de prevención, aún no se ha prestado la suficiente
atención a este problema que es la primera causa de muerte violenta en el
mundo. Por ello, creo de vital importancia la difusión de esta ONG, que solamente
entre 2010 y 2011 atendió 3004 llamadas de personas que querían quitarse la
vida.
Paula Fuentes.
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