La
música, según el CIRES (Centro de Investigaciones de la Realidad Social), ocupa
un 53% del tiempo libre de los adolescentes, por lo que supone una gran
influencia sobre sus personalidades.
La
adolescencia es un periodo caracterizado por la búsqueda de uno mismo y la
diferenciación respecto del núcleo familiar, por lo que la música puede
desempeñar un papel importante en la socialización y la formación de la
identidad del adolescente, convirtiéndose en un símbolo de búsqueda de
identidad y autonomía.
La
música, en gran parte, está cargada de concepciones políticas, sociales o
ideológicas, por lo que es utilizada como herramienta de influencia. Además ejerce
una función relacional, por ejemplo, al realizarse conciertos donde el adolescente
encuentra un grupo de personas con convicciones semejantes a las suyas.
En
gran medida, la música genera reacción emocional, por lo que es capaz de hacer
sentir más felices y optimistas, o infelices y negativos a sus oyentes.
Según
el estudio “El papel de la música en los jóvenes”, de Antonio Redondo Romero, la
elección de un adolescente por un tipo de música y otro puede variar según la
edad, etnia, cultura y sexo. Además, los efectos emocionales que puede provocar
también varían según estilos.

Son conocidos los casos de distintas estrellas del Rock que perdieron sus vidas a causa de las drogas y de los estilos de vida desenfrenados, los cuales parecían seguir aquel lema de “sexo, drogas y rock’n’roll”, pero, ¿es realmente la música un aspecto tan decisorio en la conducta de un adolescente?
Paula Fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario