Todos hemos
estado alguna vez en un botellón, o al menos la gran mayoría.
Sabemos que es
algo muy normal entre los jóvenes, pero probablemente no nos demos cuenta de la
evolución que ha tenido: desde que empezó a hacerse botellón como simple forma
de ahorrar dinero hasta convertirse prácticamente en un ritual.
De forma breve, el botellón empezó
en España en los años 80, con la cultura de la litrona. Los jóvenes quedaban con los amigos y bebían en pequeños
parques antes de ir a algún evento. De esta forma, consumir más cantidad de alcohol les salía más barato que en un bar. Esto se fue extendiendo con los años hasta que cobró mayor
importancia. Actualmente, el botellón es considerado el ritual de los fines
de semana. La mayoría de los jóvenes se reúnen en un sitio y empiezan a
consumir alcohol hasta que deciden irse a alguna discoteca o a su casa.
Está claro que el principal aspecto
negativo del botellón actual es que se ha convertido en una costumbre quedar con los amigos para beber
alcohol y emborracharse. Además, está comprobado que cada vez se empieza antes
a consumir alcohol y otras drogas, y que la diferencia de consumo entre un chico y una chica, o entre un joven de 17 años o uno de 15, ya es insignificante.
Sin embargo, si en algo estamos de acuerdo, es que el botellón es un buen sitio para hablar con tus
amigos o incluso conocer gente. De hecho, en el botellón se habla mucho, al contrario
de lo que ocurre en algunos bares y discotecas de jóvenes, en donde la música está
tan alta que no permite mantener una conversación.
Por lo tanto, el botellón se ha vuelto entre los adolescentes en una forma nueva de conocer gente, pero el peligro que este acontecimiento trae consigo cada vez es mayor y está comprobado: cada vez son más los jóvenes que mediante el botellón empiezan a consumir cantidades excesivas de alcohol.
Julia Noriega
Referencias:
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